Tras la implementación de leyes para fortalecer la seguridad interna y combatir el separatismo en Francia, el gobierno ha puesto ahora su atención en la lucha contra la denominada «infiltración islamista», como parte de su estrategia para enfrentar el islam radical. El informe titulado «Hermanos Musulmanes e islamismo político en Francia» fue discutido el miércoles en el consejo de defensa y seguridad nacional. Este documento, promovido con firmeza por el ministro del Interior, Bruno Retailleau, acusa al movimiento de los Hermanos Musulmanes de intentar «conquistar las instancias de poder» en Francia «desde abajo».
Según el informe, esta estrategia se basaría en una «disimulación», integrándose en la sociedad civil y participando en la vida pública, desde asociaciones hasta organismos de decisión, con el objetivo de imponer en Francia normas basadas en la ley islámica, lo que contraviene los principios laicos y republicanos del país. El documento, de 75 páginas, busca proporcionar herramientas de análisis y comprensión para contrarrestar este proyecto, en un contexto marcado por la cercanía de las elecciones presidenciales de 2026.
Uno de los capítulos del informe, al que Yabiladi tuvo acceso, aborda el «pensamiento frerista» sobre la relación «entre el fiel musulmán en contexto minoritario y el agnóstico o incluso el ateo», que sería «aún más limitada a pesar de las posturas de apertura ciudadana». También se menciona «la inferiorización de la mujer» y «la valorización de la mujer velada», según una ideología «basada en una determinación» de género que establece «la no-mixidad como norma y utiliza el velo como herramienta».
Esta visión resuena con la exclusión del uso del velo, que Bruno Retailleau ha convertido en uno de sus principales objetivos, especialmente en el ámbito deportivo, tras la aprobación de una ley al respecto en febrero pasado. En sus recientes declaraciones, ha reafirmado su intención de prohibir el velo también en la universidad.
Una confusión entre islamofobia y evoluciones ideológicas
El informe centra su análisis en hechos recientes de la actualidad internacional, más que en un enfoque socio-político y jurídico a largo plazo. Destaca que «el conflicto israelí-palestino» sigue siendo un «constante catalizador del antisionismo, e incluso de un antisemitismo cada vez más evidente». En este contexto, establece un vínculo entre «Hamas y la Organización Internacional de los Hermanos Musulmanes», remontándose a la época de la Segunda Guerra Mundial y la aparición del frerismo en Egipto durante los años 50.
El recorrido histórico se desvía rápidamente hacia una recopilación de declaraciones recientes sobre la cuestión palestina, especialmente las del imán marroquí expulsado de Francia, Hassan Iquioussen. También menciona un «aumento de las actividades antisionistas en varias mezquitas francesas» desde octubre de 2023, «a raíz de la indignación provocada por el saldo humano» de las operaciones de ocupación israelí en la Franja de Gaza.
En esta línea, el informe describe una «estrategia de implantación que combina disimulación, búsqueda de legitimación y denuncia de la islamofobia». Al referirse a un concepto «engañoso» y un medio de acción «circunstancial», el documento subraya que la lucha contra esta discriminación anti-musulmana sería «uno de los leitmotivs de los Hermanos Musulmanes». Estos se emplearían «para desacreditar las medidas inspiradas por el principio de laicidad, presentadas como parte de un 'racismo de Estado' dirigido a los musulmanes, y denunciar las políticas de lucha contra la radicalización violenta y el separatismo islamista».
No obstante, análisis previos, estudios sociológicos e históricos sitúan la islamofobia como un concepto descrito por la antropología en el siglo XIX, mucho antes del surgimiento de los Hermanos Musulmanes en los años 20 en Egipto. En su análisis, el informe cita notablemente los casos del Colectivo contra la Islamofobia en Francia (CCIF), objeto de un decreto de disolución el 2 de diciembre, o la emergencia del CCIE poco antes, mencionando «una capacidad de daño persistente».
En este sentido, el documento estima que cerca de 280 asociaciones estarían vinculadas a movimientos islamistas y freristas en el país. Además, el informe destaca una «porosidad» entre militantes contra la islamofobia y aquellos «decoloniales».
En cifras, el movimiento sería muy minoritario
En cuanto a las cifras, el informe estima que 139 lugares de culto tendrían conexiones con los Hermanos Musulmanes en Francia, sumándose a otros 68 «considerados como cercanos a la federación» de los Musulmanes de Francia. Repartidos «en 55 departamentos», estos no representarían más que «el 7% de los 2,800 lugares de culto» musulmanes en el país.